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Anemia

Revisor médico: Robin E. Miller, MD

¿Qué es la anemia?

La anemia ocurre cuando la cantidad glóbulos rojos en el cuerpo de una persona es demasiado baja. Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína que transporta oxígeno por todo el cuerpo. Sin suficiente cantidad de glóbulos rojos, el oxígeno no puede llegar adecuadamente a los órganos del cuerpo. Sin suficiente oxígeno, los órganos no pueden funcionar con normalidad.

Hay muchos tipos diferentes de anemia, y sus tratamientos varían en función del tipo.

¿Cuáles son los distintos tipos de anemia?

Los tipos de anemia dependen de sus causas. Incluyen:

  • Anemias en las que los glóbulos rojos se descomponen demasiado deprisa, llamadas "anemias hemolíticas". Incluyen:
    • la anemia hemolítica autoinmunitaria: cuando el sistema inmunitario destruye sus propios glóbulos rojos
    • las anemias hemolíticas hereditarias: incluyen la enfermedad de células falciformes, la talasemia, la deficiencia de G6PD y la esferocitosis hereditaria.
  • Anemia por pérdida de sangre (hemorragia o sangrado). Se puede deber a hemorragias debidas a heridas, sangrados menstruales copiosos, sangrados en el tubo gastrointestinal u otros problemas de salud que causan pérdidas de sangre.
  • Anemia debida a que los glóbulos rojos se fabrican demasiado despacio, como:
    • la anemia aplásica: cuando el cuerpo deja de fabricar glóbulos rojos debido a una infección, una enfermedad u otra causa
    • la anemia ferropénica (por deficiencia de hierro): ocurre cuando la dieta de una persona contiene una cantidad insuficiente de hierro
    • anemia por deficiencia de B12: cuando una persona no ingiere suficiente cantidad de la vitamina B12 en la dieta o su cuerpo no puede absorber esta vitamina

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la anemia?

Algunas personas con anemia no tienen ningún síntoma. Aquellas que presentan síntomas pueden:

  • estar pálidas
  • parecer malhumoradas o deprimidas
  • estar muy cansadas
  • estar mareadas o con la sensación de que se van a desmayar
  • tener la frecuencia cardíaca acelerada
  • tener ictericia (piel y blanco de los ojos de tonalidad amarillenta), bazo agrandado y orina de color oscuro parecido al del té (en las anemias hemolíticas)

¿Cómo se diagnostica la anemia?

Los médicos suelen diagnosticar la anemia:

  • haciendo preguntas sobre los síntomas del paciente
  • preguntando por su dieta
  • preguntando si algún miembro de la familia tiene o ha tenido anemia
  • haciendo una exploración física al paciente
  • haciendo análisis de sangre para:
    • observar los glóbulos rojos al microscopio a fin de evaluar su tamaño y su forma
    • determinar la cantidad de hemoglobina y de hierro en la sangre
    • determinar la rapidez con que se fabrican nuevos glóbulos rojos
    • evaluar la presencia de anemias hereditarias
    • evaluar otras células que se fabrican en la médula ósea (como los glóbulos blancos)

A veces los médicos hacen pruebas en la médula ósea. La médula ósea es la parte esponjosa que hay dentro de los huesos, donde se fabrican los glóbulos blancos. Para hacer esta prueba, el médico introduce una aguja dentro de un hueso para extraer una pequeña muestra de médula ósea. Y la muestra se envía al laboratorio para hacer unas pruebas especiales.

¿Cómo se trata la anemia?

El tratamiento de la anemia depende de su causa. Los adolescentes con anemia pueden necesitar:

  • medicamentos.
  • hacer cambios en su dieta
  • transfusiones de sangre
  • tratamiento de otras enfermedades subyacentes
  • visitar a un médico (llamado "hematólogo") especializado en la anemia y otros problemas de la sangre

Si tienes una anemia ferropénica, la más probable es que el médico te recete un suplemento de hierro para que te lo tomes varias veces al día. El médico te mandará análisis de sangre de seguimiento cuando lleves un tiempo tomando el suplemento. Aunque el análisis indique que la anemia ha mejorado, es posible que tengas que seguir tomando el suplemento de hierro durante varios meses más para recuperar las reservas de hierro de tu cuerpo.

Para estar seguro de que ingieres suficiente hierro, sigue una dieta equilibrada todos los días, empezando con un buen desayuno que incluya una fuente de hierro, como pan o cereales enriquecidos con hierro. La carne magra, las pasas, las acelgas, los huevos, los frutos secos, los frijoles secos, la salsa de tomate y la melaza también son ricos en hierro.

Si la anemia de una persona está provocada por otra afección médica, su médico hará lo adecuado para tratar su causa. Las personas con algunos tipos de anemia necesitan ir a un hematólogo para que les proporcione los cuidados médicos que necesitan.

Lo bueno es que, en la mayoría de los casos, la anemia es fácil de tratar. Y en cuestión de semanas, ¡habrás recuperado toda tu energía!

Revisor médico: Robin E. Miller, MD
Fecha de revisión: junio de 2019