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Síndrome de dolor patelofemoral (rodilla del corredor)

Revisor médico: Alvin Wei-i Su, MD

¿Qué es el síndrome de dolor patelofemoral?

El síndrome de dolor patelofemoral es un dolor en la rótula y alrededor de ella. Este síndrome también recibe el nombre de "rodilla del corredor".

El reposo y los ejercicios que estiran y fortalecen las caderas y las piernas pueden ayudar a mejorar el síndrome de dolor patelofemoral (también conocido como “síndrome de dolor rótulo-femoral”).

Causas del síndrome de dolor patelofemoral

El síndrome de dolor patelofemoral es un trastorno por sobrecarga. Estos trastornos ocurren cuando una persona hace repetidamente los mismos movimientos que acaban por sobrecargarle la rodilla.

En el síndrome de dolor patelofemoral, la flexión y el estiramiento reiterado de la rodilla generan una sobrecarga en la rótula. Es más frecuente en los deportistas.

Algunas personas con síndrome de dolor patelofemoral tienen la rótula desalineada con respecto al fémur (el hueso del muslo). La rótula se puede desalinear, o moverse de un lado a otro mientras se desliza sobre el fémur, debido a la debilidad muscular, a un traumatismo o a otro problema. Si esto ocurre, la rótula no resbala con suavidad sobre el fémur al flexionar o estirar la rodilla. La rótula se lesiona y esto es lo que provoca el dolor del síndrome patelofemoral.

¿Quién puede desarrollar un síndrome de dolor patelofemoral?

El síndrome de dolor patelofemoral suele ocurrir en personas que practican deportes que requieren muchas flexiones y estiramientos de las rodillas, como correr, montar en bicicleta y esquiar. También puede aparecer en aquellas personas que no hacen mucho deporte y afecta, sobre todo, a las mujeres jóvenes.

El síndrome de dolor patelofemoral es más frecuente en las mujeres y ocurre más a menudo durante la adolescencia y la juventud.

Unos músculos de la pierna tensos o débiles, o unos pies planos, pueden hacer que una persona sea más proclive a desarrollar un síndrome de dolor patelofemoral.

¿Cuáles son los signos y los síntomas del síndrome de dolor patelofemoral?

El síndrome de dolor patelofemoral causa dolor debajo de la rodilla y alrededor de ella. El dolor suele empeorar al caminar, arrodillarse, ponerse en cuclillas, subir o bajar escaleras, o correr. También puede doler después de estar sentado con las rodillas dobladas durante mucho tiempo seguido, como después de un largo viaje en coche o de ir al cine o al teatro.

Algunas personas con síndrome de dolor patelofemoral notan un "chasquido" o un "crujido" al levantarse después de estar sentadas o al subir o bajar escaleras.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de dolor patelofemoral?

Para diagnosticar un síndrome de dolor patelofemoral, los profesionales de la salud hacen lo siguiente:

  • preguntan sobre las actividades físicas
  • examinan al paciente

Por lo general, no es necesario hacer pruebas. A veces, los profesionales de la salud pueden pedir radiografías u otras técnicas de diagnóstico por la imagen para evaluar otros posibles problemas en la rodilla.

¿Cómo se trata el síndrome de dolor patelofemoral?

Una persona con síndrome de dolor patelofemoral necesita limitar o evitar por completo aquellas actividades que le provocan dolor. A veces, lo único que se necesita es un cambio en el entrenamiento. Por ejemplo, si una persona suele entrenar corriendo en pendientes, puede intentar correr sobre superficies planas y blandas.

Una persona que tenga un dolor intenso o que interfiera en sus actividades (por ejemplo, que la haga cojear) necesita hacer reposo para que le descanse la rodilla hasta que le mejore el dolor.

Para el dolor:

  • Coloca una compresa fría o hielo sobre la rodilla cada 1 o 2 horas, durante 15 minuto seguidos. Envuelve el hielo en una toalla fina para protegerte la piel del frío.
  • Puedes tomar ibuprofeno (Advil, Motrin o la marca genérica) o naproxeno (Aleve, Naprosyn o la marca genérica). Sigue las indicaciones que vienen con el medicamento para saber qué cantidad tomar y con qué frecuencia. No tomes estos medicamentos durante más de 2 a 3 semanas.

Una parte importante del tratamiento del síndrome de dolor patelofemoral consiste en mejorar la fuerza y la flexibilidad de las piernas, las caderas y los músculos de la parte inferior del tronco (toda la musculatura profunda de la cavidad abdominal) Los profesionales de la salud suelen recomendar ir a un fisioterapeuta para que elabore un programa de ejercicio físico que te pueda ayudar. El programa puede incluir estiramientos, sentadillas, flexiones, zancadas y otros ejercicios que mejoran la fuerza y la flexibilidad de piernas y caderas.

El profesional de la salud también te podría recomendar:

  • una rodillera
  • encintar la rodilla
  • usar unas plantillas especiales

Aunque no se haga a menudo, a veces es necesario operar para tratar el síndrome de dolor patelofemoral.

¿Pueden hacer deporte las personas con síndrome de dolor patelofemoral?

La mayoría de las personas con síndrome de dolor patelofemoral deben reducir o dejar de hacer deporte durante un tiempo. Sigue las instrucciones de tu profesional de la salud sobre cuándo es seguro que vuelvas a hacer deporte. Esto suele ser posible cuando:

  • La fuerza que tengas en la cadera, la pierna y la musculatura abdominal profunda sean casi normales.
  • La flexibilidad, sobre todo la de los músculos isquiotibiales, te haya mejorado.
  • No tengas dolor en las actividades cotidianas, como andar y subir o bajar escaleras.
  • Cualquier dolor que te aparezca cuando practiques alguna actividad sea muy leve y desaparezca pocos minutos después de iniciar la actividad.

De cara al futuro

Los síntomas del síndrome de dolor patelofemoral pueden tardar meses o años en mejorar. Seguir un programa de ejercicio físico desarrollado por tu profesional de la salud o fisioterapeuta te puede ayudar a que se te recupere la rodilla.

Para reducir el estrés sobre las rodillas después de haberse recuperado, los deportistas deben hacer lo siguiente:

  • Precalentar y hacer estiramientos antes de correr o de practicar otros deportes.
  • Mantener un peso saludable.
  • Llevar un calzado para correr que sujete bien los pies y cambiar de calzado a menudo.
  • Correr sobre superficies blandas y planas (como el césped, la tierra o pistas sintéticas de superficie blanda).
  • Aumentar lentamente la intensidad en los entrenamientos.
  • Usar plantillas o una rodillera, si el profesional de la salud se lo recomienda.
Revisor médico: Alvin Wei-i Su, MD
Fecha de revisión: enero de 2019