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Trastorno obsesivo compulsivo

Revisor médico: Elana Pearl Ben-Joseph, MD

Todos los niños tienen preocupaciones y dudas. Pero, con frecuencia, los niños con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) no dejan de preocuparse, sin importar cuánto deseen hacerlo. Y, a menudo, estas preocupaciones los obligan a comportarse de cierta manera una y otra vez.

Acerca del TOC

El TOC es un tipo de trastorno de ansiedad. Los niños con TOC se preocupan por si algo podría ser nocivo, peligroso, incorrecto o sucio (o piensan que va a ocurrir algo malo).

En el trastorno obsesivo compulsivo, las imágenes y los pensamientos tristes o atemorizantes, que reciben el nombre de "obsesiones", aparecen en la mente de una persona y es difícil eliminarlos. Los niños con TOC también pueden preocuparse porque las cosas no están "en orden" o "correctas". Tal vez se preocupen por perder cosas, a veces necesitan coleccionar elementos, aunque a los demás les parezcan inútiles.

Las personas con TOC sienten la necesidad imperiosa de hacer ciertas cosas de manera reiterada ("rituales" o "compulsiones") para eliminar los pensamientos atemorizantes, protegerse contra algo temido o asegurarse totalmente de que las cosas estén seguras, limpias o correctas de alguna manera.

Los niños tal vez tengan dificultad para explicar los motivos de los rituales y dicen que simplemente los hacen "porque sí". Pero, en general, al hacer el ritual, las personas con TOC están intentando liberar la ansiedad. Es posible que deseen sentirse absolutamente seguras de que nada malo ocurrirá o simplemente sentirse "bien".

Podríamos decir que el TOC es un "sistema de alarma extremadamente activo". El incremento de la ansiedad o la preocupación es tan fuerte que el niño siente que debe realizar la tarea o hacer hincapié en el pensamiento, una y otra vez, hasta el punto de que esto interfiere con la vida diaria.

La mayoría de los niños con TOC se dan cuenta de que realmente no necesitan repetir estos comportamientos una y otra vez, pero la ansiedad puede ser tan grande que sienten que la repetición es "necesaria" para neutralizar la sensación desagradable. Y con frecuencia, el comportamiento disminuye la ansiedad, pero de manera temporal. A largo plazo, los rituales tal vez empeoren la gravedad del TOC y provoquen el regreso de las obsesiones.

Causas

Los médicos y científicos no saben exactamente qué causa el TOC, aunque investigaciones recientes han permitido comprender mejor el trastorno y sus posibles causas. Los expertos creen que el TOC se relaciona con los niveles de un neurotransmisor denominado "serotonina". Los neurotransmisores son sustancias químicas que transportan señales al cerebro.

Cuando se bloquea el flujo de serotonina, el "sistema de alarma" del cerebro reacciona de manera exagerada e interpreta la información de forma errónea. Estas "falsas alarmas" disparan mensajes de peligro por error. En lugar de que el cerebro filtre estos mensajes, la mente hace hincapié en ellos y la persona experimenta miedos y dudas para nada realistas.

Existen fuertes evidencias de que el TOC suele ser hereditario. Muchas personas con TOC tienen uno o más familiares que también lo padecen o que padecen otros trastornos de ansiedad por la influencia de los niveles de serotonina de su cerebro. Debido a esto, los científicos han llegado a creer que esta tendencia (o predisposición) de algunas personas a desarrollar un desequilibrio en el nivel de serotonina es la que hace que el TOC sea hereditario.

Tener tendencia genética al TOC no significa que alguien desarrollará TOC, pero sí quiere decir que existen más probabilidades de que esto ocurra. A veces, una enfermedad o un acontecimiento que provoca estrés puede desencadenar los síntomas de TOC en una persona genéticamente propensa a padecerlo.

Es importante comprender que el comportamiento obsesivo compulsivo no es algo que un niño pueda detener si lo intenta arduamente. El TOC es un trastorno, igual que cualquier trastorno físico, como la diabetes o el asma, y no es algo que los niños puedan controlar o que provocaron ellos mismos.

El TOC tampoco es algo provocado por los padres, aunque los acontecimientos de la vida (como comenzar la escuela o la muerte de un ser querido) pueden empeorar o desencadenar el TOC en niños propensos a padecerlo.

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Comportamientos comunes de TOC en niños 

El TOC puede dificultar la vida diaria de los niños a quienes afecta y la de sus familias. Con frecuencia, los comportamientos insumen gran cantidad de tiempo y energía, lo cual hace que les resulte más difícil completar tareas, como la tarea o los quehaceres domésticos, o disfrutar de la vida.

Además de sentirse frustrados o culpables por no poder controlar sus propios pensamientos y actos, los niños con TOC también pueden sufrir baja autoestima o sentirse avergonzados por lo que están pensando o sintiendo (ya que, con frecuencia, se dan cuenta de que sus temores no son realistas o que sus rituales no van realmente a evitar los acontecimientos que les provocan temor).

También pueden sentirse presionados porque no tienen suficiente tiempo para hacer todo. Un niño puede volverse irritable porque se siente obligado a quedarse despierto hasta tarde o perderse una actividad o una salida para poder finalizar los rituales compulsivos. Los niños pueden tener dificultad para prestar atención o concentrase debido a los pensamientos intrusos.

Entre los niños y adolescentes con TOC, las obsesiones más comunes son las siguientes:

  • temor a la suciedad o los gérmenes
  • temor a la contaminación
  • necesidad de simetría, orden y precisión
  • obsesiones religiosas
  • preocupación por los desechos del cuerpo
  • números de la suerte o de la mala suerte
  • pensamientos sexuales o agresivos
  • temor a sufrir una enfermedad o un daño, o a que esto le ocurra a un familiar
  • preocupación por los elementos de la casa
  • sonidos o palabras no deseados

Estas compulsiones son las más comunes entre los niños y los adolescentes:

  • rituales de limpieza, incluido el lavado de manos, las duchas y el cepillado de los dientes
  • repetición de rituales, lo cual incluye entrar y salir por una puerta, la necesidad de moverse en los espacios de determinada manera o volver a leer, borrar y volver a escribir
  • rituales de comprobación para asegurarse de que un artefacto está apagado o una puerta está cerrada, y chequear reiteradamente la tarea
  • rituales para anular el contacto con una persona o un objeto "contaminado"
  • rituales con el tacto
  • rituales para prevenir el daño a uno mismo o a otros
  • ordenar o acomodar objetos
  • rituales de conteo
  • acumular o coleccionar cosas que no tienen un valor evidente
  • rituales de limpieza en relación con la casa u otros elementos

Signos y síntomas del TOC

Con frecuencia, es difícil reconocer el TOC porque los niños pueden tender a ocultar sus comportamientos. Suele ocurrir que un niño tiene un comportamiento ritualista durante meses, o incluso años, antes de que los padres lo sepan. Además, es posible que el niño no realice el ritual en la escuela y los padres crean que es simplemente una etapa.

Cuando un niño con TOC intenta contener los pensamientos o comportamientos, sufre ansiedad. Los niños que se sienten avergonzados como si estuvieran "volviéndose locos" tal vez intenten entremezclar el TOC en su rutina diaria habitual hasta que ya no pueden controlarlo más.

Es común que los niños le pidan a uno de los padres que lo acompañen en su comportamiento ritualista: Primero el niño tiene que hacer algo y después el padre debe hacer otra cosa. Si el niño le dice: "No toqué nada que tenga gérmenes, ¿verdad?" el padre tal vez deba responder: "No, estás bien". Y el ritual comenzará otra vez una determinada cantidad de veces. Al principio, el padre tal vez no se dé cuenta de lo que está ocurriendo.

Los berrinches, las señales encubiertas de preocupación y los comportamientos difíciles son comunes cuando los padres no participan en los rituales de su hijo. Con frecuencia, este comportamiento, tanto como el TOC en sí, es lo que lleva a las familias a buscar tratamiento.

Los padres pueden buscar los siguientes signos de TOC:

  • manos agrietadas o en carne vida por el lavado constante
  • uso sumamente excesivo de jabón o papel higiénico
  • cuentas de servicios inexplicablemente elevadas
  • caída repentina de las calificaciones en la escuela
  • horas no productivas para realizar la tarea
  • orificios en las hojas por borrar en las tareas o los exámenes
  • pedido a los familiares para que repitan frases extrañas o respondan siempre la misma pregunta
  • temor constante a la enfermedad
  • aumento drástico de ropa para lavar
  • excesiva cantidad de tiempo para prepararse para ir a dormir
  • temor constante a que ocurra algo terrible
  • comprobar de manera constante la salud de los familiares
  • negarse a salir de la casa al mismo tiempo que otros integrantes de la familia
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Diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo es más común que muchos otros trastornos o enfermedades de la infancia, pero con frecuencia no se lo diagnostica. Los niños pueden mantener los síntomas ocultos de sus familiares, amigos y maestros porque se sienten avergonzados.

Incluso cuando hay síntomas, es posible que los padres o el proveedor de cuidado de la salud no se dé cuenta de que forman parte de un trastorno mental y tal vez los atribuyan a una extravagancia del niño o incluso a un mal comportamiento.

Los médicos consideran que el TOC es un patrón de pensamientos y rituales obsesivos que cumple una o más de las siguientes condiciones:

  • lleva más de una hora por día
  • provoca angustia
  • interfiere con las actividades diarias

En los niños, el TOC se suele diagnosticar entre los 7 y los 12 años. Como estos son los años en que los niños naturalmente se sienten preocupados por encajar en su grupo de amigos, las molestias y el estrés que provoca el TOC pueden hacer que se sientan atemorizados, fuera de control y solos.

Si su hijo muestra signos de TOC, hable con su médico. Para determinar si su hijo sufre TOC, el médico o el profesional de la salud mental le hará preguntas sobre obsesiones y compulsiones en un lenguaje que su hijo pueda comprender:

  • ¿Tienes preocupaciones, pensamientos, imágenes, sentimientos o ideas que te molestan?
  • ¿Necesitas comprobar las cosas una y otra vez?
  • ¿Tienes que lavarte mucho las manos? ¿Más que otros niños?
  • ¿Cuentas hasta un determinado número o haces cosas una cantidad determinada de veces?
  • ¿Coleccionas cosas que los demás tiran (como cabello o uñas cortadas)?
  • ¿Las cosas deben ser de determinada manera?
  • ¿Debes hacer cosas antes de ir a la cama?

Como es común que los niños que no padecen TOC respondan que sí a cualquiera de estas preguntas, el médico también le preguntará con qué frecuencia o cuán graves son los comportamientos y cuáles son los antecedentes familiares de TOC, síndrome de Tourette y otros trastornos de tics motrices y orales, o de otros problemas que a veces se presentan con el TOC. El TOC es común en personas que padecen el síndrome de Tourette.

Otros trastornos que suelen ocurrir junto con el TOC incluyen otros trastornos de ansiedad, depresión, trastornos conductuales disruptivos, trastorno de déficit de atención con hiperactividad (ADHD), trastornos del aprendizaje, y tricotilomanía (tirarse compulsivamente del cabello). El síndrome neuropsiquiátrico de inicio agudo pediátrico (PANS por sus siglas en inglés) también se asocia con el TOC. 

Tratamiento del TOC

Los tratamientos más exitosos para los niños con TOC son la terapia conductual y la medicación. La terapia conductual, también denominada "psicoterapia cognitivo-conductual", ayuda a los niños a aprender a cambiar sus pensamientos y sentimientos cambiando primero su comportamiento.

En la terapia conductual se expone gradualmente a los niños a sus miedos, y se acuerda que no realizarán rituales, para ayudarlos a reconocer que su ansiedad disminuirá y que no ocurrirá nada desastroso. Por ejemplo, a los niños que tienen miedo a la suciedad se los podría exponer a algo sucio, comenzando por algo que les provoque una leve molestia y terminando con algo que esté realmente sucio.

Para que esta exposición tenga éxito, se debe combinar con una prevención de la respuesta, en la cual se bloquean los rituales del niño o los comportamientos evasivos. Por ejemplo, un niño que teme a la suciedad no solo debe permanecer en contacto con el objeto sucio sino que no se le debe permitir que se lave de manera reiterada.

Algunos planes de tratamiento incluyen "darle órdenes" al TOC, ponerle un sobrenombre desagradable y verlo como algo que el niño puede controlar. Con el tiempo, la ansiedad que provoca la suciedad y la necesidad de rituales de lavado desaparecen gradualmente. El niño también adquiere confianza de que puede "combatir" al TOC.

El TOC puede empeorar si no se lo trata de manera sistemática, lógica y comprensiva. Por lo tanto, es importante encontrar un terapeuta que tenga entrenamiento y experiencia en el tratamiento del TOC.

Se ha demostrado que simplemente hablar de los rituales y los temores no ayuda a manejar el TOC y en realidad puede empeorarlo reforzando los temores y generando más rituales. El apoyo y la cooperación de la familia también son de gran utilidad para ayudar al niño a enfrentar el TOC.

Muchos niños mejoran únicamente con terapia conductual mientras que otros necesitarán una combinación de terapia conductual y medicación. La terapia puede ayudar a su hijo y su familia a aprender estrategias que les permitan controlar flujo de síntomas de TOC, mientras que la medicación, como los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina, con frecuencia ayudan a reducir el impulso por realizar rituales.

Ayudar a niños con TOC

Es importante comprender que el TOC nunca es culpa del niño. Una vez que un niño está en tratamiento, es importante que los padres participen, obtengan más información sobre el TOC y modifiquen las expectativas y brinden su apoyo.

Los niños con TOC mejoran a diferente ritmo; por lo tanto, trate de evitar las comparaciones diarias y reconozca y elogie cualquier pequeña mejoría. Recuerde que el TOC es lo que está causando el problema, no el niño. Cuanto más pueda evitar las críticas personales, mejor.

Puede resultar útil mantener las rutinas familiares lo más normales posible, y que todos los integrantes de la familia aprendan estrategias para ayudar al niño con TOC. También es importante no permitir que el TOC sea el "jefe" en el hogar y en las actividades familiares habituales. Rendirse ante las preocupaciones del TOC no hace que estas desaparezcan.

Revisor médico: Elana Pearl Ben-Joseph, MD
Fecha de revisión: mayo de 2012